
La historia de amor de Kyla y su dueña Amaya
Kyla era una pastora alemana que vivió 15 años de felicidad plena en compañía de Amaya Ferrer, su dueña.
Hace poco tiempo, Amaya se tuvo que enfrentar a una de las pérdidas más importantes de su vida, la muerte de su compañera perruna. El dolor que le provocó sacó varias cosas en claro: la urgencia de concienciar y de que se normalice el duelo tras la pérdida de un animal, además de lo fundamental que resulta pedir ayuda ante este tipo de situaciones.
Fue entonces cuando decidió comenzar la peregrinación hacia Compostela con las cenizas de su perrita a cuestas para aprender a lidiar con el dolor y a la vez expresar la revolución de los sentimientos que hacen mella en ella día tras día desde que Kyla se marchó.
Amaya también quiere naturalizar el duelo tras la muerte de los animales: «Parece que tenemos que escondernos, pero cada vez somos más las personas que tenemos una sensibilidad muy especial con nuestros compañeros. Yo sufrí un shock tras la muerte de Kyla, me vino la culpa y la duda por la eutanasia, un tema muy complicado, pero el Camino es ahora un homenaje para ella».
Comenzó su recorrido en Andorra, tres días después de la muerte de Kyla, pero su camino no termina en Compostela, seguirá hasta la Costa da Morte con la intención de esparcir las cenizas de su perra en Fisterra, lugar que ya visitó con ella hace años.
Fuente: lavozdegalicia.es
Fuente imagen: lavozdegalicia.es
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