Un tema delicado: ¿cómo hablar con alguien que quiere suicidarse?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que es la segunda causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 29 años, superada únicamente por los accidentes en carretera.
Cada año, 800.000 personas mueren debido a un suicidio. Según un estudio publicado en Estados Unidos afirmaba que por cada persona que se quita la vida, las consecuencias las sufren 135 personas.
No es fácil hablar sobre sentimientos suicidas y la situación no va a empeorar porque ya es tan mala como puede llegar a ser. Lo más importante es escuchar sin juzgar.
No hay una edad determinada, pero a nivel global el suicidio es mayor entre los hombres. En muchos casos, los suicidios ocurren de manera impulsiva en un momento de crisis, las presiones de la vida, problemas financieros, rupturas sentimentales o por enfermedades crónicas.
Es muy importante recibir apoyo de los que nos rodean para evitar que se convierta en una carga imposible de soportar.
La organización Samaritans da unos consejos para hablar con alguien que está pensando en el suicidio:
- Busca un lugar callado donde la otra persona se sienta cómoda.
- Asegúrate de que ambos tengan suficiente tiempo para hablar.
- Si dices algo equivocado, no entres en pánico, no te culpes tanto.
- Concéntrate en la otra persona, mírala a los ojos, guarda tu teléfono. Préstale toda tu atención.
- Ten paciencia. Podría tomarte tiempo y varios intentos antes de que una persona esté preparada para abrirse.
- Haz preguntas abiertas que necesiten ser contestadas con algo más que un “sí” o “no”. Asegúrate de que entendiste las respuestas.
- No interrumpas ni ofrezcas soluciones; no interfieras con tus propias ideas de cómo la otra persona pueda estar sintiéndose.
- Asegúrate de tu interlocutor que sepa dónde buscar asistencia profesional.
Si tú o alguien en tu entorno se encuentra deprimido o con problemas, busca ayuda.
La OMS afirma que los gobiernos pueden hacer mucho para prevenir el suicidio, lo que incluye:
- Eliminar el estigma y abordar el tema.
- Ayudar a los jóvenes a desarrollar herramientas para lidiar con las presiones de la vida, especialmente en la escuela.
- Capacitar a trabajadores de la salud no especializados para evaluar y manejar el comportamiento suicida.
- Identificar y apoyar a las personas en riesgo, y mantener el contacto con ellas a largo plazo.
- Restringir el acceso a medios letales.
Los que velan por la salud mental intentan romper mitos como “que hablarles a las personas sobre el suicidio les mete en la cabeza ideas equivocadas” y para Beyond Blue (Institución de bienestar de Australia), “abordar el tema puede devolverle algo de esperanza a la gente que tiene pensamientos suicidas.”
Fuente: bbc.com
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