La temida Santa Compaña
Según la creencia popular, la Santa Compaña es una procesión de ánimas, que discurre desde las doce de la noche recorriendo un camino desde una encrucijada, con el propósito de visitar o advertir a todas las casas en las que en breve habrá una defunción.
Aunque puede aparecer en otras fechas, se suele relacionar con las noche de Todos los Santo o la Noche de San Juan.
Según la tradición, la Santa Compaña está formada por una comitiva de almas en pena, descalzos, vestidos con túnicas negras con capucha, que vagan durante la noche. Cada fantasma lleva una vela encendida que al pasar deja un olor a cera en el aire.
Esta extraña comitiva va encabezada por un vivo mortal que porta una cruz y un caldero de agua bendita. Esta persona puede ser hombre o mujer, dependiendo si el patrón de la parroquia es un santo o una santa.
Además se cree que la persona que realiza esta función no es capaz de recordar lo ocurrido durante la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extrema delgadez y palidez, no descansan ni una noche lo que provoca que su salud se debilite hasta llegar a enfermar sin que nadie sepa las causas. Seguirán vagando noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido, al cual el que encabeza la procesión le pasara la cruz que porta.
Caminan rezando, tocando una pequeña campanilla y los perros anuncian su llegada aullando de forma desmedida y los gatos huyen despavoridos.
Para librase de la maldición se debe trazar en el suelo un círculo y entra en él o acostarse boca abajo, llevar una cruz encima o bien salir corriendo.
No todos los mortales pueden contemplar la Compaña, parece que los niños a quienes el cura, por error, ha bautizado usando óleo de los difuntos poseen de adultos la facultad de ver la aparición.