Los perros tienen una función particular: “enseñarnos a amar”
Sólo los que tienen la suerte de tener un perro en casa saben cómo es la sensación de entrar y encontrar un rabito moviéndose. Con palabras es imposible expresar el amor que un perrito es capaz de transmitir.
Son tan especiales que los cachorros están siendo utilizados como apoyo emocional, ya que con su energía positiva consiguen mejorar el estado de ánimo. Ofrecen una sensación de bienestar a los pacientes y así ayudan en el proceso de curación.
Ellos nos enseñan lo que es realmente sentir un amor tan fuerte que nadie puede seguir indiferente a ese sentimiento que ennoblece el alma.
Algunas vertientes espirituales creen que nuestros ángeles de 4 patas son capaces de absorber energías negativas de los ambientes y de las personas y que se purifican a través del agua, de las plantas o de elementos naturales.
La misión de “un ángel canino” es tan espacial que ante la muerte o pérdida de su humano pueden “dejarse morir ” así mismos para terminar su misión , pues ya no encuentran el sentido de su vida.
Los perros nos enseñan diariamente lo que es el amor incondicional y la humildad, no olvidan saludarte o mover su cola cuando te ve aunque sólo hayan pasado 5 minutos. Los perros son los gurús de la nobleza.
Su extrema sensibilidad les permite ver otras dimensiones y planos de consciencia, los cuales son imperceptibles para nosotros.
Algunas creencias afirman que ellos se reencarnan más rápido después de la muerte porque están aquí, en proceso de evolución. Cuando mueren, casi instantáneamente, su alma o energía vital es atraída, magnéticamente y por afinidad, hacia otro proceso de encarnación. Cuando el vínculo con el dueño es muy fuerte y el amor se ha aprendido en su esencia, nuestro perrito puede volver a nuestro hogar, en otro animal recién nacido.
Fuente: kachorros.club
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