Sabes que es la aboulomanía y por qué impide tomar decesiones

15 septiembre 2022

Hay personas que el simple hecho de pedir en un restaurante y decidir el plato que le gusta, ir a cortarse el pelo, llevar o no paraguas… pueden ser decisiones imposibles de tomar. No es cuestión de indecisión, hablamos de aboulomanía.

Se trata de un desorden metal en el que la persona no es capaz de tomar una decisión por simple que sea en su rutina diaria. “Las personas que sufren esta patología valoran como relevantes decisiones intrascendentes, como qué ropa elegir para ir a una cena, qué ver en la televisión o qué comer en un restaurante”.

Según algunas investigaciones, es posible que su origen pudiera esta en la corteza prefrontal del cerebro y entre las causas que se estudian es el estilo de crianza, aunque es una hipótesis que los investigadores manejan con mucho cuidado.

El psicólogo Miguel Ángel Rizaldos, que una sobreprotección en la infancia podría ser el caldo de cultivo de sufrir de adulto la aboulomanía, “ya que sabemos que la sobreprotección provoca una fuerte dependencia de los demás a la hora de tomar decisiones”. También, si en la infancia han existido humillaciones o abandono, puede darse este trastorno ya que al sentir vergüenza, inseguridad extrema y la falta de confianza en uno mismo pueden derivar en ello.

Consecuencias:

Rumiación: pensamientos obsesivos, que además suelen ser intrusivos y recurrentes. Esto provoca la distorsión de la realidad en la persona que lo padece, que llega a estar convencida de que un error a la hora de tomar una decisión será trágico.
Dependencia emocional de los demás: estas personas suelen dejar la toma de decisiones en otros, lo que puede llegar a generar relaciones de dependencia.
Aislamiento: las relaciones tienden a deteriorarse por la dificultad para realizar una actividad con una persona que no acaba de decidir dónde o cuándo quedar.
Problemas de trabajo: pude llevar a ser despedido del puesto de trabajo.
Baja autoestima: la falta de seguridad en la toma de decisiones y tener constantes pensamientos negativos lleva a minimizar la confianza en uno mismo.
Ansiedad y depresión: se pueden dar tras el progresivo desgaste de la autoestima y al aumento del aislamiento social.

Lo recomendable es acudir a un profesional de la salud mental que ayude a aliviar el malestar que genera este conflicto.

Fuente: abc.es

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