Según un médico que lo ha vivido esto es lo que sucede antes de morir
En un artículo de Bruce J. Miller, médico especialista en cuidados intensivos a través de su experiencia personal y profesional, ofrece un punto de vista diferente sobre el final en la experiencia humana.
Su testimonio tiene un mensaje optimista, sin grandes frases y fórmulas, pero complejo en su significado.
La particular historia de Miller comienza la aciaga madrugada en que, tras una juerga con los compañeros de facultad, se sentó sobre el techo de un tren estacionado. Por accidente, su reloj de pulsera tocó los cables de catenaria, circulando la corriente de alta tensión por todo su cuerpo: “Esa noche empezó mi relación formal con la muerte. Con mi muerte”.
11.000 voltios cruzaron su cuerpo desde su brazo izquierdo hasta los pies, quemándolo desde dentro. La funesta consecuencia: tres miembros amputados (el citado brazo y sendas piernas). Curiosamente, Miller no recuerda nada de lo sucedido, despertándose varios días después en la unidad de quemados del centro Médico St. Barnabas de Nueva Jersey como si hubiera salido de un extraño sueño.
A pesar de todo, Miller consiguió rehacer su vida y su carrera profesional hasta acabar dirigiendo el así llamado “Proyecto del Hospicio Zen”, en la ciudad de San Francisco, un peculiar centro donde se conjugan los cuidados intensivos, con el arte y hasta la espiritualidad.
Cuenta Miller “La gente que está muriendo, está todavía viva” incidiendo de alguna manera sobre la verdad de que ambos hechos, vida y muerte, se encuentran tan conectados que separarlos no es más que un constructo: “La muerte es la que crea la belleza, la que crea el sentido. La muerte es la prueba de la vida. Sabes que estás vivo porque morirás algún día”.
Vivir el presente es todo lo que tienes. No hay a promesa de futuro y el pasado es el pasado. Desde la perspectiva del presente “la muerte no es ese ogro que pensamos. Incluso en un determinado punto podemos ofrecerle hasta la bienvenida. Hay que darle la vuelta al hecho de que la muerte es en sí misma horrible.
Miller afirma: “Puedo estar sentado con la familia del paciente, y de repente la persona fallece en medio de nuestra conversación. Es algo continuo, sin interrupciones. Es algo casi maravilloso… mundano. Él está aquí y después se va. Hay un momento que es tan solo un hecho. Ese es el hechizo. Esa es su belleza”.
Concluye el doctor “es una profunda e imponente experiencia ver el cuerpo, finalmente, como un caparazón. Desprovisto de la persona. En ese momento de transición estás en contacto directo con el ‘continuum’ de la vida, sabes que la vida es proceso. El individuo se ha ido, pero la vida sigue adelante”.
Fuente:elconfidencial.com
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