Denunciar un error médico

13 octubre 2022

Para poder denunciar una negligencia médica no basta con que se haya cometido un error, sino que es necesario demostrar que existe una acción u omisión que ha causado un daño.

Entre los requisitos es necesario que:

La negligencia debe estar avalada por un protocolo o guía de actuación médica, tiene que demostrarse «una actuación contraria a la que debió llevarse a cabo según los protocolos, guías clínicas o documentos de consenso.
No vale que un perito concluya que es su opinión, puesto que la parte contraria aportará peritos que opinen lo contrario, y corresponderá a la parte que sufrió la negligencia probarla con documentación médica

Los pasos que se debe seguir son:

Hablar con el médico implicado o reclamar de manera escrita.
Solicitar tu historia clínica y acudir a un abogado especialista en Derecho Sanitario, para que estudie tus informes médicos. El letrado se apoyará siempre en un perito médico especialista en la patología.
Si el perito hace un informe de viabilidad favorable y establece que la causa-efecto de lo ocurrido al paciente ha sido por un error, o por una negligencia, o por una pérdida de oportunidad terapéutica, o por una falta de seguimiento, etc., se presentará una denuncia en los juzgados.

El plazo para exigir responsabilidad a un médico de la Seguridad Social, el plazo del que se dispone es de un año desde el momento en que se conoce el alcance de las lesiones (si se va a reclamar ante la sanidad privada, el plazo es de cinco años).

La respuesta tras la denuncia suele demorarse un año hasta la obtención de la sentencia.

Entre las negligencias más comunes están:

Error de diagnóstico
Retraso en el diagnóstico
Problemas derivados de las listas de espera
Problemas con el consentimiento informado
Errores en el tratamiento o en una intervención

Denunciar una negligencia es un proceso que te puede llevar tiempo y suponer dinero, además de una fuerte carga emocional. En el caso de querer realizar la denuncia, deberás pagar los honorarios de un abogado y un procurador.

Fuente: consumer.es

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