¿Existen los vampiros?

21 enero 2021

Los vampiros según el folclore popular es una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos para mantenerse vivo.

La descripción de estas criaturas varía según el folclore de cada región, fueron humanos pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, eso determina su aspecto físico.

Entre sus características destacan:

Su alimentación primordialmente era de la sangre de sus victimas.
No se reflejan en los espejo ni tienen sombra.
No soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristianan o agua bendita. Además no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.
Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
En general se supone que los vampiros son vulnerables a la luz del sol.
Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer.

A finales de la Edad Media se produjo una histeria colectiva respecto del vampirismo. Todos los que creían ser víctimas de vampiros atribuían su existencia mediante causas medicinales de las cuales no había pruebas científicas. Enfermedades como la lepra, la porfiria, la rabia, la catalepsia y la tuberculosis eran asociadas al tema del vampirismo y las comunidades accedían sin escrúpulos a profanar tumbas verificando la calidad de los cadáveres incorruptos.

En la Europa Medieval, en plena histeria colectiva, solían clavar una estaca en el cadáver en el corazón, debido a las creencias populares, para la verificación del finiquitado vampiro post mortem. En el momento de ser atravesado por una estaca, el cadáver emitía una “exhalación”, causada por el movimiento del aire y gases atrapados en el cuerpo.

Son numerosos los objetos y sustancias que son mencionados en las leyendas sobre el efecto de alejar o destruir a los vampiros. Una rama de rosa silvestre o un espino puede dañar al vampiro, el ajo o el azufre y los objetos sagrados como un crucifijo, un rosario o el agua bendita.

Tradicionalmente las formas para destruir un vampiro eran:

Clavar una estaca en el corazón.
La decapitación.
La incineración completa del cadáver.
Repetir el funeral cambiando de lugar la tumba y rociando agua bendita sobre el cadáver.
En Bulgaria se practicaba un ritual consistente en el embotellamiento del vampiro, que después era arrojada al fuego para destruirlo.

Fuente: es.wikipedia.org

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