Morir en otra época

04 abril 2017

En Roma, los habitantes recibían un trato desigual como en vida. Por ejemplo, a los esclavos los enterraban en una fosa común o, en el caso de ser crucificados se dejaban para que sirvieran de alimento a los buitres. Para el resto de la gente, había dos tipos de trato:

La incineración
La inhumación

Las vestales gozaban el privilegio de ser enterradas dentro de la ciudad, pero las que quebrantaban el voto de castidad eran enterradas en un campo, que tomando el nombre de este pecado, se llamó campo del delito.

Los incinerados se colocaban en los columbaria (auténticos palomares en los que cada cuadrícula recibía una urna cineraria). Los inhumados iban a las catacumbas, que eran corredores subterráneos que en las paredes tenían excavados los nichos, alguna vez estas catacumbas fueron refugio de los cristianos perseguidos.

Los ciudadanos ricos, nobles y los políticos ilustres tenían funerales solemnes con elogios fúnebres, llevaban músicos tocando, gente llevando antorchas encendidas y lloronas. Cuando llegaban a fuera de la ciudad, se quemaba el cadáver entre perfumes y flores, una vez consumido el cuerpo, se recogía la ceniza, la metían en una urna y la colocaban en un monumento con una lápida conmemorativa.

Para las familias más ilustres eran enterrados a lo largo de los caminos, de ahí tomaron origen los nombres de Vía Aurelia, Vía Flaminia, Vía Apia, etc.

Fuente:wikipedia