El último suspiro

19 abril 2018

Un equipo de neurólogos de la Charité-Universitätsmedizin Berlin, uno de los hospitales más grande de Europa, monitorizó continuamente las señales eléctricas en los cerebros de nueve personas mientras morían.

Esperaban que al implantar electrodos en los cerebros de sus sujetos de prueba podrían descubrir los mecanismos y el momento exacto de la muerte. Descubrieron que incluso cinco minutos después de que el corazón dejara de latir, sus neuronas aún podían funcionar. También se descubrió cómo una ola de “depresión expansiva” marcaba el momento en que estas células cerebrales se apagaban, justo antes de un final irreversible.

Las células mueren cuando la sangre deja de fluir, privándolas del oxígeno que necesitan como combustible para funcionar. Cuando esto pasa, las células del cerebro recurren a las reservas de energía durante unos minutos antes de que se apaguen por completo.

Eso sucede cuando los mecanismos que utilizan las neuronas para mantener los iones separados comienzan a fallar.

Los cambios químicos que conducen a la muerte comienzan con la despolarización, explica el doctor Jed Hartings “nunca hemos tenido un método para diagnosticas la muerte cerebral y no disponemos de una manera de estar seguros de cuándo se pierde toda la capacidad de conciencia”.

Este estudio no tiene un efecto directo en los pacientes hoy en día, pero puede llevar a mejores procedimientos de diagnóstico y tratamiento en un futuro. Estos hallazgos pueden ser útiles para desarrollar estrategias y tratar el paro cardíaco y los accidentes cerebrovasculares.

Fuente:elconfidencial.com

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