El verdadero amor del doctor Manuel Desantes y su mujer Amalia
Esta historia nace hace más de setenta años y los protagonistas son Manuel y Amalia, que murieron con muy pocas horas de diferencia.
El deterioro de la buena salud del doctor Manuel Desantes Guanter superados los 95 años, se convirtió en el aviso que no pasó desapercibido para él mismo ni para los siete médicos del entorno familiar. Al mismo tiempo, la salud de Amalia su esposa también se deterioraba y así el juramento hecho en 1958 ante el altar y que les unía “en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte os separe” lo han cumplido al pie de la letra.
La parroquia de San Isidoro de Valencia acogía los dos féretros del matrimonio y resultaba del todo insuficiente para acoger a familiares y amigos que quería ofrecer su respeto y afecto y también, expresar su admiración por la pedagógica demostración de cariño, complicidad y amor que se habían profesado.
Sorprendidos quedaron todos cuando el mayor de sus cinco hijos dio lectura a unas confidencias que dejó escritas su padre y que en aquel momento eran muy emocionantes: “No concibo el amor fuera de mi matrimonio. No entiendo que alguien pueda querer a su mujer con el amor tan intenso con el que yo adoro a la mía. No sé vivir sin ella. No solo por la ayuda que me presta, que valoro, sino por la necesidad de estar a su alrededor, mente con mente, alma con alma, corazón con corazón. La quiero, la quiero, la quiero como no he querido jamás a nadie. Forma parte de mí. No soy nadie sin ella. No la he traicionado nunca porque no podría aunque lo intentara. La necesito”.
En la última nota se podía leer:
“Al atardecer de la vida me examinarán del amor», dejó escrito: «A nuestra edad ya se nos va poniendo el sol y no puede estar lejos el examen. Mas yo creo que hemos vivido tan de acuerdo que nos han de examinar juntos o, al menos, han de utilizar el mismo arel para cribarnos a cada uno. Si se trata de amor familiar no vamos a estar muy lejos del sobresaliente. Si es del amor al prójimo menos próximo, ya dudo. Espero que con la misericordia de Dios, al menos, llegaremos a alcanzar un cinco”.
Una gran historia de un verdadero amor.
Fuente: abc.es
Fuente imagen: abc.es
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