
Morir sin una despedida
Esta crisis sanitaria además de muerte, trae soledad. La vida está parada y encerrada, pero la muerte no. Enfrentarse a la pérdida de un ser querido supone un gran dolor, pero si además no puedes despedirlo como quisiera, aún es peor.
La normas son claras y estrictas, en los pocos ritos que se celebran participa la familia más inmediata, muy pocas personas en cada acto, lo que crea un ambiente desolador. Aunque las Iglesias se abren, los ritos se han reducido a la mínima expresión y no se celebran ceremonias ni se permiten aglomeraciones de gente.
Un sacerdote acompaña a la familia más cercana al cementerio en donde se realizan los ritos del entierro en una ceremonia corta, en la que los riesgos sanitarios están muy controlados.
La mayoría de las familias que pasan por esta situación, afirma que en cuanto sea posible, se celebrarán los funerales y ritos habituales después de una defunción. Será entonces cuando las familias podrán reunirse con sus familiares y amigos para recordar y despedir a la persona fallecida.
Los ritos de la muerte han cambiado mucho, se realizan más cremaciones y las despedidas se hacen en la intimidad, sin embargo, la muerte sin funeral es un dolor añadido para la mayoría en estos momentos tan dramáticos.
Fuente: elprogreso.es
QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE…
LA LUZ DE DIOS ES DE UN BELLEZA INDESCRIPTIBLE SEGÚN LOS PROTAGONISTAS DE EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE
LA CIENCIA DICE QUE GUARDAR SECRETOS ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD
LOS VIRUS MÁS MORTALES EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD