El Santo Grial y los templarios ¿es posible otra historia?
Hugo de Payns, fue el fundador de la Orden del Temple en 1118. Abandonó a su familia, tomó los hábitos y decidió recluirse en una de las dependencias del palacio del rey Balduino I. Después de unos meses ruñiría a ocho caballeros para fundar la Militia Templi y con la excusa de proteger a los peregrinos que venían a visitar los santos lugares, pidió al rey Balduino II que les concediera instalarse permanentemente en las dependencias ubicadas dentro de lo que fue el Templo del Salomón.
Durante nueve años los caballeros templarios no salieron de allí, impidiendo incluso el acceso a quienes pretendían pasar por los alrededores.
No se sabe lo que buscaban excavando en el subsuelo de la Explanada de las Mezquitas, pero seguro que encontraron algo, tal vez el Santo Grial.
Sabemos que todos dejaron su fortuna en Francia para embarcarse en esta nueva aventura, por lo que no parece plausible que abandonaran sus riquezas para ir en busca de más riquezas. Con el regreso de Hugo de Payns a Europa aparecerán puntuales referencia al Arca de la Alianza en algunos monumentos góticos, aunque el símbolo que más se repetirá será el de la copa que contuvo la sangre de Cristo.
Aparecen extraños símbolos que se repartirán por todos los edificios del Temple, un sutil arte basado en insignias que solo los iniciados en los secretos de la Orden podían interpretar. Tal vez los templarios llegaron a convertirse en los herederos de un antiguo conocimiento que habría permanecido escondido durante milenios bajo el subsuelo de Jerusalén. La meta de todo caballero era encontrar el Santo Grial, la sabiduría que pudiera salvarle, y salvarnos a todos, de caer en los mismos extremismos que habían llevado a sus coetáneos a matarse por un trozo de tierra sagrada o por una religión.
Fuente: espaciomisterio.com
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